Sobre un pingo de mi flor,
-zaino oscuro, parejero-,
y luciéndole el apero
con más plata que un primor,
cruza Orozco, el payador,
al tranquito, la lomada;
lleva a la espalda terciada,
como una prenda que adora,
la guitarra vibradora,
bajo el poncho resguardada.
El rastreador
El rastreador recorre bibliotecas concretas y virtuales buscando esos textos que alguna vez tenemos que leer.
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