-VIII-
Sacó una
libreta de tapa gris amarillenta. Sacó un lápiz amarillo. Abrió la libreta.
Pasó la lengua por la punta del lápiz. — Tom -dijo-, tú y tus estadísticas
me han dado una idea. Llevaré cuenta de las cosas. Por ejemplo, ¿notaste que
todos los veranos repetimos cosas del verano anterior?— ¿Como qué, Doug?— Como
hacer vino, como comprar zapatos tenis, como lanzar el primer cohete del año, como
hacer limonada, como clavarnos astillas en los pies, como recoger moras
silvestres. Todos los años lo mismo. Esto es la mitad del verano, Tom.— ¿Y la
otra mitad?— Cosas que hacemos por primera vez.— ¿Como comer aceitunas?— Más
importantes. Como descubrir que el abuelo o papá quizá no lo saben todo. —
¡Saben lo que se puede saber! ¡No lo olvides!— Tom, no discutas. Ya lo he
anotado bajo DESCUBRIMIENTOS - Pero no es un crimen. He descubierto eso,
también.— ¿Qué otras locuras tienes ahí?— Estoy vivo.— ¡Eh, eso es viejo!—
Pensarlo, notarlo, es nuevo. Uno hace cosas sin pensar. De pronto miras y ves
qué estás haciendo, y es la primera vez, realmente. Voy a dividir el verano en
dos partes. La primera parte de esta libreta se titula: RITOS Y CEREMONIAS. La
primera cerveza agria del año. La primera vez que uno corre con los pies
desnudos por la hierba. El primer baño en el lago. La primera sandía. El primer
mosquito. La primera cosecha de dientes de león. Aquí, como dije, están los
DESCUBRIMIENTOS Y REVELACIONES, o quizá ILUMINACIONES (una palabra hermosa), o
quizá INTUICIONES. En fin, haces algo viejo y familiar, como embotellar
vino, y lo pones bajo RITOS Y CEREMONIAS. Y luego piensas, y pones lo que
piensas, aunque sea una locura, bajo DESCUBRIMIENTOS Y REVELACIONES. Mira lo
que puse del vino: Cada vez que lo embotellas, guardas un buen pedazo de 1928.
¿Qué te parece, Tom?— No pude seguirte. — Te mostraré otra cosa. Bajo
CEREMONIAS: Primera paliza de papá en el verano de 1928la mañana del 24 de
junio. Y en REVELACIONES escribí: "Los mayores y los chicos siempre pelean
porque son de raza distinta" y "Las paralelas nunca se
encuentran", ¡Fúmate eso, Tom!— ¡Doug, es cierto, es cierto! Por eso no
nos entendemos con mamá y papá. ¡Dificultades, siempre dificultades, del
desayuno a la cena! ¡Doug, eres un genio!— Cada vez que hagas algo repetido en
estos meses, dímelo. Piensa luego, y dime eso también. Cuando llegue setiembre,
sumaremos las cosas del verano y veremos qué descubrimos. — Tengo una
estadística para ti, ahora mismo, Doug. Toma el lápiz. Hay cinco billones de
árboles en el mundo. Debajo de cada árbol hay una sombra, ¿no es cierto? Bueno,
¿por qué hay noches? Te lo diré: ¡sombras que salen de debajo de cinco billones
de árboles!¡Piénsalo! Sombras que corren por el aire, que emborronan las aguas,
podrías decir. Si pudiéramos descubrir un modo de guardar esos cinco malditos
billones de sombras bajo los árboles, podríamos quedarnos levantados la mitad
de la noche, Doug, ¡pues no habría noche! Ahí tienes, algo viejo, algo nuevo. —
Es algo viejo y nuevo, realmente. -Douglas pasó la lengua por el lápiz, con ese
nombre, Ticonderoga,
que tanto le gustaba:- Dilo otra vez.— Sombras bajo cinco billones de árboles...
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