Sobre el fin de la calle
rumbo al cuartel
hay un asador
es verano
pero corre una pequeña
brisa
Mi padre
mi madre
nuestros hermanos
disfrutan de la cena
familiar
al aire libre
No hay nada que temer
estamos abrazados por el campo
el mundo acontece en ese punto
minúsculo del universo. Tengo
seis años. Conozco
todo
lo que me circunda.
Somos libres
en el lugar
Mi padre es feliz;
se rodea de sus hijos
de su mujer
tiene información suficiente
para proveernos
durante algunos años
axiomas, libros, narraciones
de adolescencia.
Ahora que
su muerte es fresca
y reciente, recreo el instante
en que mi padre
distribuye la carne,
las achuras, las ensaladas
en derredor.
Mi madre lo roza con los ojos
y deliberadamente
lo deja hacer
deja que su fuerza crezca
allí, en ese punto
minúsculo del universo.
El rastreador
El rastreador recorre bibliotecas concretas y virtuales buscando esos textos que alguna vez tenemos que leer.
sábado, 24 de abril de 2010
domingo, 18 de abril de 2010
El régimen alimenticio de los caballos
Tampoco es cierto que los caballos sean animales excluyentemente herbívoros. El doctor Ludwig Boitus ha probado que fueron los hombres de primitivas civilizaciones quienes los acostumbraron a ese régimen: así lo aconsejaban razones de economía y, sobre todo, de seguridad.
Los caballos son los únicos animales primigeniamente carniceros. En efecto, si se alimenta durante sólo un mes con carne cruda a un caballo, el aspecto y los hábitos del animal sufren una transformación: los inocentes ojos pardos adquieren un maligno tinte ocre; los colmillos crecen y se arquean; el andar se hace sinuoso y afelpado; los movimientos tienden a ser furtivos; las uñas, liberándose de los cascos, se convierten en garras. El caballo es ahora el más fuerte, el más grande, el más veloz y el más ágil de todos los animales carniceros.
Aquellos hombres primitivos que encauzaron hacia tareas útiles la fuerza del único animal feroz que asolaba sus poblaciones se dieron cuenta, más tarde, de que necesitaban también matizar el mundo con un tranquilo horror. Entonces, eligiendo a unos inofensivos, hermosos e inservibles animales que solían devorar sus cosechas, los acostumbraron al sabor de la carne: así surgieron los tigres y los leones, las panteras y los jaguares.
Los caballos son los únicos animales primigeniamente carniceros. En efecto, si se alimenta durante sólo un mes con carne cruda a un caballo, el aspecto y los hábitos del animal sufren una transformación: los inocentes ojos pardos adquieren un maligno tinte ocre; los colmillos crecen y se arquean; el andar se hace sinuoso y afelpado; los movimientos tienden a ser furtivos; las uñas, liberándose de los cascos, se convierten en garras. El caballo es ahora el más fuerte, el más grande, el más veloz y el más ágil de todos los animales carniceros.
Aquellos hombres primitivos que encauzaron hacia tareas útiles la fuerza del único animal feroz que asolaba sus poblaciones se dieron cuenta, más tarde, de que necesitaban también matizar el mundo con un tranquilo horror. Entonces, eligiendo a unos inofensivos, hermosos e inservibles animales que solían devorar sus cosechas, los acostumbraron al sabor de la carne: así surgieron los tigres y los leones, las panteras y los jaguares.
domingo, 11 de abril de 2010
Oración del repositor en el supermercado
Señor,
aquí estoy gozoso de salud
y lleno de trabajo,
frente a las góndolas de las verduras
aquí estoy en el supermercado
y todavía no he visto al amigo Whitman;
estoy entre batatas y papas y coliflores alegres
soñando colifloreamente,
con chicas cola de pato.
Señor,
te habla tu hijo shiome
la jugada a favor que te salió contragolpe.
Haz que el arroyo Sarandí se cristalice
con un suave y delgado movimiento de tus dedos
que a sus bordes cristalinos crezcan
tilos,
eucaliptus
y moreras en cinta
para cuando ella baje del 148
pose su dorado pie sobre el asfalto de Sarandí.
Entonces el ruiseñor volverá a cantar en la pampa.
El picaflor volverá a libar la flor en el campo.
Berazategui será un camino de canciones.
Ezpeleta la ciudad perdida para el amor.
Señor,
haz que paren las lluvias en Concordia
que este niño caprichoso deje de llorar
que la corriente del niño desaparezca
sino pobre del superpoeta Durand, Daniel.
¿Perecerá bajo las aguas de Concordia?
Señor,
haz que los muchachos de la selección
jueguen la final
del evento más hermoso de la tierra,
del deporte mas poético del mundo,
futbol-poesía-viva,
la destreza del pie y la armonía de la pelota.
aquí estoy gozoso de salud
y lleno de trabajo,
frente a las góndolas de las verduras
aquí estoy en el supermercado
y todavía no he visto al amigo Whitman;
estoy entre batatas y papas y coliflores alegres
soñando colifloreamente,
con chicas cola de pato.
Señor,
te habla tu hijo shiome
la jugada a favor que te salió contragolpe.
Haz que el arroyo Sarandí se cristalice
con un suave y delgado movimiento de tus dedos
que a sus bordes cristalinos crezcan
tilos,
eucaliptus
y moreras en cinta
para cuando ella baje del 148
pose su dorado pie sobre el asfalto de Sarandí.
Entonces el ruiseñor volverá a cantar en la pampa.
El picaflor volverá a libar la flor en el campo.
Berazategui será un camino de canciones.
Ezpeleta la ciudad perdida para el amor.
Señor,
haz que paren las lluvias en Concordia
que este niño caprichoso deje de llorar
que la corriente del niño desaparezca
sino pobre del superpoeta Durand, Daniel.
¿Perecerá bajo las aguas de Concordia?
Señor,
haz que los muchachos de la selección
jueguen la final
del evento más hermoso de la tierra,
del deporte mas poético del mundo,
futbol-poesía-viva,
la destreza del pie y la armonía de la pelota.
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